Nota Principal

Gestión Emocional desde la óptica gerencial

El diccionario de la lengua española (DLE), define emoción como:

“Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”.

Bien, entonces se puede apreciar que alteran la atención y activan nuestra capacidad de adaptarnos a algunos estímulos en el momento que percibimos alguna situación (ej. Objeto, persona, lugar, suceso, recuerdo, etc.).

La gestión emocional permite darnos cuenta de estas emociones, de lo que estamos sintiendo, y establecer, con esfuerzo, sistemas racionales para comprenderlas y conducirlas. Estos sistemas se sustentan en la construcción parámetros de conducta y pensamiento para mejorar los resultados. Asimismo, nos posibilitan tanto a ser constantes en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, como también a poder manejar y regular (redirigir estados de ánimo, propensión a eliminar los juicios, pensar antes de actuar) nuestros impulsos para así evitar que interfieran con nuestras facultades racionales y capacidad de empatizar generando confianza en los demás.

Para el gerente la importancia en el manejo y control de las emociones se extiende como herramienta para liderar, para el manejo de conflictos y para el trabajo en equipo.

Con esta habilidad aunada a la capacidad gerencial, es posible su aplicación en todas las actividades inmersas en el proceso administrativo y productivo de la organización. Entonces, se trata de convertir las emociones en herramientas cuya utilidad tenga incidencia en la producción como resultado de las actividades de las personas y su respectivo talento; de esta manera se puede lograr mayor probabilidad de asertividad en las decisiones que, como gerente, se deben tomar con mucha frecuencia.

También sería de gran importancia para las organizaciones la promoción de este tipo de actividad entre sus trabajadores para mejorar la comunicación y las relaciones interpersonales entre sus miembros y externamente como a clientes y proveedores. Además, aumenta la armonía en la organización, el sentido de pertenencia y permite el crecimiento del talento Humano con perspectivas gerenciales de forma ética y profesional. 

Orlando Suárez
Voluntario PMIBA

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